Este es el texto que resultó del "cadaver exquisito".
Eran las 5:45 a.m., la luz del nuevo día apenas.
Con muchos colores y aromas pasaron a lo que querían.
Y existió y fue grande y se llamó…
Al decir esto, le conteste…Para de criticar y acepta.
Y tomando el rollo del profeta Isaías, leyó…
Sólo puedo decirte que hay alguien que te ama y dio su vida por ti.
Luego fui y observé el partido de fútbol y después de ver a mi equipo ganar, salí gozoso.
El rey la vio y desde ese día la amó.
No pude evitar sentir nervios…Sólo se me ocurrió comerme un chicle de menta.
Iba por la calle caminando y pensando.
Entonces aprendió a tolerar las diferencias individuales y respetar la esencia de todas las personas.
Llevando todo al infinito se logró lo pactado.
Me puse de pie y prometí repetir lo ya vivido.
sábado, 2 de diciembre de 2006
El proyecto
Hola a todos, si recuerdan, al principio del curso vimos al arte como comunicación, conocimos varias corrientes artísticas entre las cuales vimos entre tantas, al dadaísmo y al surrealismo, dos corrientes que van de la mano. Estas corrientes querían romper los principios académicos profesionales. Buscaban lo lúdico, la arbitrariedad, la diversión, la predilección por lo onírico. Artistas como André Breton, Tristan Tzara y Knutsen respaldaban el movimiento y en el viejo París experimentaban activamente con estados no habituales de la conciencia, practicaban activamente los juegos a los que eran más aficionados sus seguidores como el diálogo surrealista, la pared descascarada y el cadáver exquisito.
Mi proyecto final consiste en elaborar un texto utilizando como técnica al famoso juego surrealista “el cadáver exquisito”. Cuando se invento el juego, “los participantes (seis o siete) se sentaban alrededor de una mesa. El primero tomaba un papel y escribía una frase, luego lo plegaba, dejando ver la última palabra. El segundo participante escribía otra frase a partir de la palabra que el jugador anterior había dejado descubierta, y así sucesivamente hasta que terminara la ronda. Si se deseaba se podía repetir la operación cuantas veces se quisiera. Terminadas las vueltas, se desdoblaba el papel y se leía lo escrito. La primera vez que los surrealistas jugaron este juego obtuvieron la siguiente frase: ‘El cadáver – exquisito – beberá – el vino nuevo’. De ahí el origen del nombre del juego" (Yaki Setton, La revuelta surrealista, Buenos Aires, Libros del Quirquincho, 1990).
Para elaborar mi texto los pasos que seguí fueron los siguientes:
1. Alisté una hoja de papel y un esfero.
2. Doblé la hoja como si estuviera haciendo un abanico.
3. Le fui pidiendo a varias personas que escribieran en las diferentes caras del abanico. Ninguno de ellos podía ver lo que los anteriores habían escrito. En esta ocasión, habían trece caras en el abanico, once personas escribieron, dos de ellas escribieron dos veces.
4. Al final desdoblé el abanico y leí en voz alta el texto que se compone de lo que dice en las trece caras del abanico.
Mi proyecto final consiste en elaborar un texto utilizando como técnica al famoso juego surrealista “el cadáver exquisito”. Cuando se invento el juego, “los participantes (seis o siete) se sentaban alrededor de una mesa. El primero tomaba un papel y escribía una frase, luego lo plegaba, dejando ver la última palabra. El segundo participante escribía otra frase a partir de la palabra que el jugador anterior había dejado descubierta, y así sucesivamente hasta que terminara la ronda. Si se deseaba se podía repetir la operación cuantas veces se quisiera. Terminadas las vueltas, se desdoblaba el papel y se leía lo escrito. La primera vez que los surrealistas jugaron este juego obtuvieron la siguiente frase: ‘El cadáver – exquisito – beberá – el vino nuevo’. De ahí el origen del nombre del juego" (Yaki Setton, La revuelta surrealista, Buenos Aires, Libros del Quirquincho, 1990).
Para elaborar mi texto los pasos que seguí fueron los siguientes:
1. Alisté una hoja de papel y un esfero.
2. Doblé la hoja como si estuviera haciendo un abanico.
3. Le fui pidiendo a varias personas que escribieran en las diferentes caras del abanico. Ninguno de ellos podía ver lo que los anteriores habían escrito. En esta ocasión, habían trece caras en el abanico, once personas escribieron, dos de ellas escribieron dos veces.
4. Al final desdoblé el abanico y leí en voz alta el texto que se compone de lo que dice en las trece caras del abanico.
En este blog encontrarán las fotos de todo el proceso y el texto que resultó. Revisen las siguientes entradas.
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